Toda persona en su vida tiene momentos, que por su importancia y emotividad destacan sobre otros y perduran imborrables en el tiempo. Hoy para mí es uno de esos momentos, al haber sido elegido Hermano Mayor de la Cofradía del Santo Entierro de Cristo y Santo Sepulcro, lo que constituye el mayor de los honores que cualquier cofrade puede recibir.
Es de una importantísima responsabilidad, el cargo que hoy recibo y creo y espero poder estar a la altura del mismo, cumpliendo con las expectativas, ilusiones, proyectos y tradiciones de la Cofradía y de todos los que integramos esta gran familia del Santo Entierro.
Para conseguirlo, intentaré adecuar la Cofradía a los tiempos en que vivimos, sin olvidar nunca su razón de ser y las que son, nuestras señas de identidad, teniendo siempre como centro a Cristo, el verdadero y único camino que debemos seguir y nunca olvidar, tanto en la vida puramente cofrade, como en nuestra vida cotidiana.
Os diré que soy de los que piensan que el verdadero patrimonio de las Cofradías y Hermandades, no son las impresionantes tallas, los magistrales tronos, las grandes y lujosas bandas ó los esplendidos bordados en estandartes o mantos, sino que el verdadero patrimonio son las personas que componen la Cofradía. Sois vosotros el mayor patrimonio que debemos cuidar y mantener, y no olvidéis, que la importancia del individuo en una cofradía, no se mide en los años que lleva como cofrade, sino en su grado de implicación con la misma. Implicaos y ayudarnos a ser una Cofradía solida, fuerte y unida.
Sé que corren tiempos duros, tiempos difíciles para el cristiano, tiempos en los que es más fácil pasar junto a Dios y no mirarlo, es más fácil pensar que no existe, que todo lo que hoy tenemos y la vida misma, es obra de una coincidencia, que un día por capricho, hizo que la vida tomara forma y lugar en el universo, y es más fácil creer que Jesús fue un pobre hombre bueno, que dio su vida por nada. Pero hoy nosotros estamos aquí, para dar testimonio y fe, de que Jesús resucitó, y salió del sepulcro que custodiamos en nuestra penitencia del Viernes Santo.
Yo no dudo que todos tenemos una gran fe y una gran devoción a Cristo, pero como dice la Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios; “Ya podría tener el don de la predicción y conocer todos los secretos y todo el saber; podría tener una fe como para mover montañas; si no tengo amor, no soy nada.” Como veis, es necesaria nuestra fe, pero es necesario que la demostremos, que tengamos fe y amor, caridad, compasión, libertad, moral, conciencia y que apliquemos el amor al prójimo, al hermano cofrade y a la propia Cofradía, en todos nuestros actos.
Tenemos un gran camino por delante, tenemos ideas, retos y proyectos, que supondrán un gran esfuerzo por parte de todos. Cuento con todos para afrontar los logros que son objetivo, de la Junta Directiva que hoy nace, y contad todos con nosotros, para cualquier cosa que se os pueda precisar.
Sin ánimo de aburriros, solo me queda dar las gracias a todos los que hoy, han apoyado a este grupo humano, y para los que hoy pensaron, que no éramos el equipo de personas adecuado, solo esperar que pasados 3 años, puedan pensar que hicimos y realizamos bien nuestro trabajo. Para todos, mi único deseo y esfuerzo, será que esta Cofradía esté en el futuro, mejor que hoy, y que todos sintamos mayor orgullo de ser hijos de Dios y hermanos de la Cofradía del Santo Entierro de Cristo y Santo Sepulcro. Decir también, que las puertas de la Cofradía, están desde hoy abiertas a todos.
Creo y confío, en que lo que hagamos en esta vida, tendrá su eco en la eternidad divina junto al Padre, junto a Jesús y también, cómo no, junto a nuestra madre María de Nazaret.
Muchas Gracias y que Cristo Yacente nos bendiga a todos.
Gracias.
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